Una nueva parada en el camino: Llanes. No hace tantos años que pasee por sus calles… si mi memoria no me traiciona, con unos amigos, comprando queso y unas botellas de sidra para llevar de vuelta a Madrid. Llovía torrencialmente. Pero el 21 de enero quedó una tarde muy agradable, que me permitió recorrer sus calles tranquilamente y capturar unas cuantas instantáneas.
En ocasiones la memoria nubla la percepción que tuviste años atrás. Me pasó con Santander, mucho más agradable de lo que la recordaba. Otras veces la percepción queda intacta… aunque vuelvas quince años después, queda el mismo regusto. Santillana del Mar tiene ese algo mágico que a mi me atrapa. Imágenes de un 21 de enero.
En mi recuerdo tenía a Santander en tinieblas, como ciudad pequeña, con poco que ofrecer… y nada más lejos de la realidad. En este viaje la ciudad me regalo un buen paseo por sus calles, un buen paisaje que disfrutar, unos cuantos pasos sobre la arena, un buen mantel y buena comida. Me encanta redescubrir rincones que quedaban escondidos en el recuerdo. Imágenes de un 21 de enero.
Puede que fuera porque el 21 de enero era viernes, no era festivo, el día no invitaba a estar en la calle, el cielo amenazaba lluvia…
Encontré un Santoña tranquilo, apenas gente por la calle, mucho silencio.
La noche se me echó encima y lo que pude visitar en Castro Urdiales fueron capturadas con poca luz. Decenas de fotografías intentando tomar un poco de la belleza cántabra… pero prácticamente todas han salido movidas. Ya tengo una excusa para volver. Imágenes capturadas un 20 de enero.
Un nuevo empujón para ponerme al día con la colección de fotografías que tengo pendientes de revelar. Hoy os muestro Bilbao, ciudad que me sorprendió gratamente. Sus calles me invitaron a perderme un rato, y nunca mejor dicho. Sé que volveré, algún día volveré con tiempo suficiente para vivir Bilbao intensamente. Imágenes capturadas un 20 de enero.
...¿y por qué no? 
