El pasado vuelve al presente

Llevo unas semanas que todo me está recordando a momentos del pasado, e inesperadamente, gente que quedó atrás está recordándome y poniéndose en contacto conmigo. El pasado regresa de manera sorprendente… una mezcla entre añoranza, buenos recuerdos y arrepentimiento de haber echo alguna que otra tontería.

El pasado vuelve… bienvenido.

Un paseo por el Manzanares

Tras una larga temporada sin sacar de paseo a la cámara fotográfica, he aprovechado un hueco en el mediodía y me he acercado al Manzanares. No me había acercado a ver los cambios tras las obras de la M30. Al final, casi sin darme cuenta, llegué mucho más lejos de lo que esperaba y se me pasó el tiempo volando… tanto que después llegué tarde.

Estas son algunas imágenes del paseo a la rivera del Manzanares.

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Una de esas casualidades…

Hay veces que la vida te da sorpresas, te trae al presente algunas vivencias que habían quedado en el pasado y que por una de esas casualidades de la vida, acabas asociando recuerdos. Es tan tonto como una simple llamada de teléfono, que me ha dejado un poco descolocado, pero con una sonrisa en la boca.

Haciendo cálculos, creo que hace más de 12 años que empecé a trabajar, compaginando mis estudios en la universidad con clases de informática particulares y para grupos. Entre todas las personas a las que he dado clase (que no han sido pocas) siempre me he acordado de un caso que era algo distinto a los demás… Llamémosle Roberto, Don Roberto, que recibía clase en su despacho inmenso mientras estaba envuelto en su quehacer de su oficina. Ahí estaba yo, todos los martes, puntual, para conseguir enseñar a Don Roberto algún concepto práctico que le facilitara el trabajo que desarrollaba. No fue fácil conseguir acercarle a la tecnología, pero poco a poco, metódico y constante, creo que consiguió entender bastantes cosas que hasta unos meses antes lo veía como algo imposible.

Fue una experiencia positiva, porque aunque me supuso un gran esfuerzo y grandes dosis de paciencia, aprendí muchos valores y muchas cosas de las que hoy me siento orgulloso.

Pasó el tiempo, llegó la temporada de vacaciones, la empresa con la que yo trabajaba me asignó a otro sitio y todo quedó ahí. A los pocos años le vi en la televisión un par de veces. Como poco es curioso, porque por su trabajo no es muy habitual que salga en la pequeña pantalla, y me pareció anecdótico que en ambos casos me hubiera dado cuenta que era él.

Hará poco más de un mes que me dirigía a la misma boca de Metro que utilizaba por aquel entonces, acompañado de un compañero de trabajo que vive por ahí, y no sé porqué me vino a la cabeza aquellos momentos en los que trabajaba con él… y le comenté las curiosidades de aquella época.

El jueves pasado lo volví a recordar, con una conversación relacionada sobre el trabajo que Don Roberto desarrolla… el sábado, sin darme cuenta, pasé en frente de la puerta donde tiene el despacho… y no es un lugar que habitualmente recorra.

Pues acabo de recibir una llamada, de alguien al que Don Roberto le ha recomendado que me llamara para que yo le diera unas cuantas nociones técnicas, para que le ayudara a despejar el montón de dudas que tiene con el manejo de un ordenador… Don Roberto se ha acordado de aquellas tardes que luchábamos contra la máquina para conseguir lo que él necesitaba. Después de todos estos años se acuerda de mí… sin él saber que le recuerdo perfectamente.

Alguna conclusión saco:

  • que este mundo es muy pequeño y te acabas encontrando con gente que parecía que habías perdido la pista.
  • que por muy duro que pareciera entonces, con perspectiva suficiente acabas aprendiendo las lecciones que te va dando la experiencia.
  • y que me siento muy alagado que después de tanto tiempo Don Roberto se haya acordado de mí… era algo que sinceramente no esperaba.

Curioso…

No esperaba encontrarme esto en la calle

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Esta tarde me ha sorprendido haberme encontrado atado a una farola, como sí de una bicicleta se tratara, uno de esos inventos que ves en la tele, en alguna feria o evento, pero que nunca te imaginas que su uso se pudiera generalizar; el famoso segway.

Me hubiera quedado un rato esperando que su dueño se acercara y se montara en él, moviéndose calle abajo haciendo equilibrios y esquivando obstáculos sobre el invento. Lástima que llevara prisa.

Copia de seguridad de una máquina virtualizada – vmware

Una de las ventajas que tiene trabajar sobre entornos virtualizados es la facilidad para realizar las copias de seguridad de todos los sistemas que hay instalados en una máquina virtual. En vez de preocuparte por mantener unas tareas de backup de cada servicio instalado, con una máquina virtual podrás realizar la copia exacta de la máquina en un momento determinado.

vmrun suspend "D:\directorio\maquina\fichero.vmx"
C:\WINDOWS\system32\xcopy D:\directorio\maquina Z:\backup  /s /h /e /y
vmrun start "D:\directorio\maquina\fichero.vmx"

Con estas instrucciones, se realiza una suspensión de la máquina virtual situada en D:\directorio\maquina\ para a continuación realizar la copia con xcopy de todos los ficheros de la máquina virtual a la unidad Z:\backup (no son necesarios todos, pero así nos curamos en salud). Cuando finalice la copia, iniciamos de nuevo la máquina que habíamos suspendido con el comando vmrun start.

Si no tenéis incluido en el path del sistema la ruta de vmware, podéis sustituir el comando vmrun por su ruta completa:
«C:\Archivos de programa\VMware\VMware Workstation\vmrun»

Si necesitáramos recuperar la máquina del backup, únicamente sería necesario copiar todos los ficheros a una máquina que tenga instalado el vmware y arrancar la máquina virtual. Si da algún mensaje relacionado con bloqueo de la máquina, con borrar las carpetas .lck es suficiente.