Salgo de trabajar y miro al cielo; cada vez anochece antes. La luz anaranjada del sol se refleja en las nubes que están sobre mi cabeza.
Recorro las calles de la ciudad, rumbo a mi retiro nocturno. Me cruzo con cientos de personas con destino desconocido (al menos para mi). El denominador común de casi todas ellas: miraban hacia el suelo.
«Mirad hacia arriba, no os podéis perder el espectáculo que el cielo nos está mostrando.»
Mi alto sentido del ridículo me impide decirle esto a cada persona con la que me cruzo. Pero estoy seguro que si así lo hubiera hecho, alguno habría dejado los problemas que rondan por su cabeza y se hubiera dado cuenta de que los pequeños detalles, como este simple hecho, hacen que el día sea un poquito más bonito.
Como no, no tengo imagen de ese momento, pero se asemeja bastante a esta imagen que hoy os acerco.
El autor de la fotografía es brewinshands.